miércoles, 2 de febrero de 2011

Estudiantes de la UBV visitan comunidad indigena Kariña

El recorrido estuvo guiado por la  docente Teresa Castro y permitió el acercamiento a las prácticas y tradiciones de los indígenas. Las bibliotecas vivientes son considerados de mucha estima dentro de la comunidad por ser quienes mantienen viva la cultura del pueblo Kariña.

Livia Martines Pasante UBV



Con la finalidad de  conocer las manifestaciones culturales indigenas,  los estudiantes del Programa de Formación de Comunicación Social  de la Universidad Bolivariana de Venezuela, aldea Simón Rodríguez de El Tigre visitaron el dia de ayer la población de Kashaama.


La actividad de campo fue organizada  por la docente Teresa Castro,  enlace de la Escuela Bolivariana  de Kashaama y  facilitadora de la catedra Kariña en la Misión Sucre.

Teresa Castro manifestó que esta iniciativa busca fortalecer la cultura Kariña e impulsa el aprendizaje andragogico, modelo educativo  que permite que el alumno sea autor de su propio aprendizaje.

El inicio de la jornada estuvo a cargo de un grupo de niños y niñas que entonaron el himno nacional en Kariña e hicieron una presentación del mare mare, baile tipico,  para dar la bienvenida formal a los visitantes.
Por otra parte Yovanny Aray,  docente de deporte agradeció la prensencia  de los educandos  y dio a conocer los  juegos autoctonos que se practican durantes las actividades festivas.
“Tenemos el arco y la flecha,  la cerbatana,  toma de fuerza, resistencia bajo el agua,  la masa en equilibrio, la zaranda, el trompo y tambien los deportes federados como futbol, kinkinbol, beisbol  para realzar la interculturalidad”,  explicó Aray.

Las bibliotecas vivientes

Durante el recorrido visitaron  sitios emblematicos de esta población indigena y compartieron saberes con las bibliotecas vivientes, los llamados sabios y sabias de la comunidad.

Rosa Sabina Carreño es considerada una de las bibliotecas vivientes   de Kashaama, quién mantiene un Taller de artesania donde ofrece  la venta de chinchorro, sombreros, cestas, llaveros, todos hechos de la plama  conocida como moriche.

El nombre de bibliotecas vivientes es  debido a que son los  ancianos de la comunidad que  mantienen vivas las prácticas de sus ancestros y son los encargados de  dar a conocer las palabras  del idioma a kariña para que se mantega en el tiempo.

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